Así como dormir bien es imprescindible para recuperar energía, ser más productivo y, en general, gozar de buena salud, también lo es alimentarte adecuadamente.
Anteriormente te hablamos sobre la importancia de la hidratación para la calidad de tu sueño. En esta ocasión, te queremos ofrecer algunos consejos útiles para poder decidir qué comer antes de dormir.
En síntesis, se trata de cenar ligero porque durante la noche tu metabolismo trabaja más lento. ¡Pero ojo! Cuidado con irte a la cama con hambre, ya que puede ser perjudicial.
El reto está en encontrar los alimentos adecuados para este momento del día. Incluso, ¡existen dietas que te pueden inducir al descanso! Entonces, ¿qué se recomienda comer y qué alimentos se sugieren evitar antes de ir a la cama? Checa estos tips:
Plátano, piña, aguacate, leche, miel y frutos secos son ejemplos de alimentos ricos en serotonina y melatonina, importantes por su capacidad para favorecer un descanso profundo y mejorar los patrones de sueño.
Té de tila, de flor de azahar o de pasiflora, la idea en general es buscar bebidas que no contengan teína, pues podrían tener un efecto contrario al que buscas, que es relajarte para dormir.
Para ciertas personas, un vaso de leche genera la sensación de bienestar y relajación. Esto tiene una explicación y es que la leche es rica en triptófano, calcio y vitamina B12, sustancias que se asimilan fácilmente e intervienen en la regulación del sueño.
Café, chocolate, refrescos, alcohol y un largo etcétera, sólo lograrán robarte el sueño.
Evita cenar platillos con muchas especias o grasas. Por ejemplo, las legumbres, por sus efectos diuréticos, pueden alterar algunas de las funciones de tu cuerpo –desde subir tu temperatura hasta causarte acidez o reflujo–, que sólo van a entorpecer tu sueño.
Por clásica que sea la imagen de la cena familiar con pan dulce y chocolate, esto no quiere decir que sea lo más adecuado para un sueño reparador. Por eso, evita lo más posible las harinas y azúcares ya que no te hacen ningún aporte nutritivo.
Es necesario darle los tiempos correctos a tu cuerpo para que haga sus funciones. Por eso, cenar por lo menos 30 minutos antes de ir a la cama es ideal para tener una digestión más eficiente ya que tu organismo debe destinar cierta cantidad de energía en ello.
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Como ves, ninguno de estos consejos te exige un cambio radical de hábitos alimenticios. Finalmente, te recomendamos tener a la mano alimentos fáciles de combinar para que tus cenas no se te hagan aburridas.
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